jueves, 15 de noviembre de 2018

CAMINANTE A LA DERIVA

Antecedentes.

Caminar a la deriva es una pasión; y es un lujo que no podemos dárnoslo en el día a día, cuando resulta fatal caminar por la vida a la deriva. Por eso poder hacerlo y vivirlo desde la poesía, es sencillamente maravilloso.

CAMINANTE  A  LA  DERIVA

Yo gusto de andar las calles en la noche,
sin rumbo, sin sentido, casi a la deriva,
sin saber hacia dónde me conducen los caminos,
y detener mi marcha en parques solitarios,
habitados por amantes de otros tiempos,
que dejaron allí las huellas de sus días.
mientras que en los inmóviles bancos dormidos,
más de una virginidad quedó vencida.

Y gusto de andar por esas calles mías que me esperan,
y ver caer la noche, cuando ya se duerme el día,
pero me impacta ver cómo, en errático  vuelo,
los murciélagos se apoderan de los cielos
y acaso una paloma, que vuela desorientada,
cae  entre mis manos, sin vida.

Luego avanzará  la noche,
la ciudad cerrará  sus ventanas y abrirá  sus  piernas,
y una brisa fresca moverá las ramas de los árboles,
mientras yo, solitario, retomaré mi rumbo,
y me hundiré en las profundas callejuelas
de la ciudad condesa.
                            Frank Calle (6 / mar / 1969)

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